Una noche cualquiera de verano he decidido iniciarme en esta aventura, sin ni siquiera saber si llegará a convertirse en algo tangible o tan solo será un proyecto frustrado más. Nunca he escrito un blog ni nada parecido, no soy famosa, no tengo ninguna habilidad especial, ni nada que contar que pueda impresionar. Es muy probable que ni yo misma leyese mi blog, así que comprendería que nadie gastase tiempo en esta tarea. Si me encuentro escribiendo ahora misma no es por el deseo de que alguien me lea, sino por el placer de escribir, de desahogarme y poder contar las cosas desde otra perspectiva.
El título de blog puede parecer una soberana gilipollez, buscaba algo original y ni siquiera tengo claro haberlo conseguido. Representa lo poco que disfrutamos los pequeños placeres de la vida, los sustitutos artificiales a la realidad que nos empeñamos en buscar.
Seguramente sea una mierda para una primera de un primer blog, pero es lo que hay. Es mi primera entrada y me siento orgullosa